De Kjellén a Foucault: seminario sobre biopolítica convoca a comunidad de la Escuela de Psicología PUCV
El evento contó con la participación de estudiantes, ex alumnos/as y académicos/as.
Aunque hay cierto consenso en que la aparición del término biopolítica ocurre en los inicios del siglo XX, su auge se da cuando Michel Foucault -filósofo, psicólogo y teórico social francés- lo utiliza para definir un mecanismo por el que la población es gobernada o gestionada a la base de elementos determinado por el BIOS.
Para entender este concepto, altamente citado y discutido, el académico de la Escuela de Psicología PUCV e investigador del Centro EduInclusiva, Dr. Enrique Baleriola, realizó un seminario abierto a la comunidad donde revisó las definiciones más importantes desde varias disciplinas.
“La idea era hacer una introducción a la biopolítica, porque es uno de los conceptos que más se ha estudiado en las ciencias sociales críticas en diferentes áreas del conocimiento y se ha aplicado a muchos fenómenos”, comentó.
En el seminario, el académico dio cuenta de la trayectoria del término, comenzando con la definición del historiador sueco Rudolf Kjellén y profundizando en Michel Foucault, quien lo utilizó para hablar de la administración de la sociedad. “Un ejemplo de esto es el control de nacimientos y muertes a través de la promoción de ciertas políticas orientadas a gestionar estos aspectos de la vida”, indicó.

“El escoger un sistema de previsión para la salud es un ejemplo de biopolítica en Chile. Sentir miedo de sufrir una lesión al jugar fútbol –no por el dolor, sino que por lo costosa que podría resultar una operación- es una forma de control”, señaló.
Sobre las posibilidades de resistir o escapar al control que suponen estas tecnologías del estado, Enrique Baleriola agregó “Simplificando la explicación, va a depender desde donde miremos el fenómeno. Autores como Giorgio Agamben señalan que podemos hacer frente con una biopolítica menor, que consistiría en que, ya que se está controlando nuestra vida, nosotros podemos hacerlo en un sentido que nos favorezca, por ejemplo, a través del biohacking, que permitiría politizar el cuerpo en un sentido positivo. Por otra parte, Foucault nos diría que prácticamente no se puede salir de estos dispositivos, porque cuando una relación de poder deja de ser ejercido en un lugar, surgen de nuevo otras relaciones de poder”, concluyó