ENTREVISTA ESTUDIANTE DOCTORADO | Andrea González Urbina: “Yo diría que nuestro programa doctoral de la PUCV no tiene absolutamente nada que envidiarle a otros programas extranjeros”

Andrea González es psicóloga egresada de nuestra Escuela de psicología de la PUCV. Profesión que ejerció durante cuatro años en el Hospital de Castro, en la Unidad de Psiquiatría, Psiquiatría infantil y Salud Mental, y en el Hospital del Salvador.

En paralelo, se especializó en el área Clínica Infanto Juvenil con orientación Psicoanálisis Relacional, consiguiendo la acreditación para trabajar en dicha área. 

Asimismo, realizó un diplomado en Infancias y Derechos Humanos en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Actualmente, se encuentra en segundo año de doctorado realizando investigaciones bajo los lineamientos de la psicología social y comunitaria. Además, participa del programa de consorcio Nasc en Sociología e Investigación social por la Universidad de Milán y Torino.

Conversamos con ella para conocer en mayor profundidad su investigación doctoral y su experiencia de internacionalización.

¿Por qué decidiste dedicarte a la investigación?, ¿Qué fue lo que te motivó?

Yo creo que mi experiencia laboral en clínica. Sin saber en lo que me estaba metiendo acepte trabajos y me dedique a colaborar con la psiquiatría, y estando ahí mismo, en el abordaje psiquiátrico de la salud mental, me di cuenta de que primero estaba descontenta porque no me parecía suficiente el abordaje. Por mi propia cuenta empecé a investigar qué más había.

Busqué investigaciones y no había nada, te estoy hablando del año 2015, y hasta el momento hay muy pocas respecto al tema del abordaje psiquiátrico de niños/as y adolescentes (NNA) desde una perspectiva de derechos y comunitaria. La mirada principal de la salud mental en los NNA es la psiquiatrizante.

Seguí con mi inquietud hasta que, en algún punto, cuando llegué a trabajar a los lugares emblemáticos de la psiquiatría, al Hospital Psiquiátrico, dije «esto no puede ser posible». Hay muchas prácticas que desde mi punto de vista no son ni tolerables, ni éticas y que se sostienen porque hay poca evidencia y discursos suficientemente instalados para hacer el peso.

Ahí pensé «si quiero hacer algo al respecto, me parece que desde adentro ya no lo estoy logrando, tengo que tomar otra posición». En ese momento fue cuándo se me ocurrió. Investigué, consulté mucho y llegué a la conclusión de que hacer investigaciones y tomar un doctorado era un paso más que me iba a acercar a lo que yo estaba pensando hacer.

¿Qué te motivó a estudiar en el doctorado de psicología en la PUCV?,
¿Por qué este y no otro?

Soy egresada de la PUCV, entonces, como lo he dicho varias ocasiones, esto es como volver a casa. Conozco mucho de los/as profesores, algunos de ellos me hicieron clases en pregrado, Vicente Sisto, Verónica López, Paula Ascorra, Luis Ahumada, entre otros.

Cuando estaba buscando programas doctorales fui filtrando por calidad y por malla. Tuve que tomar la decisión de si quería acercarme desde lo psicológico, desde lo psiquiatrizante, desde la clínica de lo que quería investigar o más desde una comprensión social.

De tanto buscar llegué a la malla del doctorado de la PUCV y me gustó. Ya conocía la orientación de la escuela, que es bien socio crítica. Me hizo sentido. Era un aporte al tema o al que iba a ser mi tema en ese momento, así que tomé la decisión de no tomar un doctorado clínico, sino con una orientación más social.

Entre todo eso, la profesora Manuela García Quiroga también es un motivo por el cuál entré al programa, porque vi la posibilidad de trabajar con ella en temas de infancia, vi su trayectoria y me entusiasmé más.

Yo diría que nuestro programa doctoral de la PUCV no tiene absolutamente nada que envidiarles a los programas extranjeros. Incluso, cuando los programas de acá son más cortos, yo agradezco que sea un poquito más largo porque tienes más tiempo para preparar bien tu proyecto.

¿Cuál es el tema de investigación que estás desarrollando?, ¿Qué te motivó a estudiarlo?

Mi tema de investigación tiene que ver con las subjetividades que se van construyendo en niños/as y adolescentes a partir de su experiencia de hospitalización psiquiátrica. Esto quiere decir, me interesa entender cómo los NNA que han sido o que están siendo hospitalizados, por motivo de descompensación sintomatológicas psiquiátrica, inciden en su construcción del sí mismo, como sujetos políticos en torno a la participación social.

Es bastante específico, pero amplio al mismo tiempo, porque también enfrenta muchos otros temas como la institucionalización de las personas con funcionamientos diversos, como la psiquiatrización y la medicalización de las diversas formas de existir.

Entonces, me lo estoy planteando desde varias líneas o dimensiones. Primero, desde una línea más sociocrítica, desde el análisis de las estructuras de poder que van atravesando los espacios de hospitalización psiquiátrica. Segundo, desde un nivel intermedio en torno a las prácticas sociales que sostienen y que van reproduciendo esas estructuras y esas formas de subjetivar. Me interesa llegar a las experiencias de los NNA en su hospitalización y todo lo que ellos puedan expresar de eso.

¿Cómo proyectas tu trabajo de campo?

Es un proyecto bien ambicioso. He estado trabajando en él este último tiempo y no encuentro la forma de hacerlo más pequeño. Me planteo hacer cinco estudios distintos.

Acerca de las estructuras voy a analizar políticas públicas. Espero hacer dos revisiones documentales de manuales que rigen las hospitalizaciones psiquiátricas, el manejo de la relación entre los hospitales psiquiátricos o las ofertas de servicios psiquiátricos de los niños/as y adolescentes.

Por otro lado, planteo hacer una etnografía comparativa, donde si todo resulta bien, podría llegar a ser una etnografía comparativa internacional entre Chile y Brasil, con dos hospitales psiquiátricos que tengan niños/as y adolescentes internos.

Esto en plan de aplicar algunas metodologías participativas, obviamente con los NNA de manera grupal en Chile, y algunos análisis de registros no clínicos, pero de actividades e intervenciones terapéuticas que ocurren en la hospitalización psiquiátrica. Pretendo desde ahí visibilizar las vivencias de coerción.

¿Qué particularidad tiene Brasil en términos de tu tema?

Lo primero, transparentar que hay vínculos profesionales y académicos que lo permiten. En segundo, tiene sentido teórica y prácticamente. Entre los años 70’ y 80’ hubo un movimiento importante de desinstitucionalización de los hospitales psiquiátricos en Italia movilizado por un psiquiatra llamado Franco Basaglia, quién también tuvo harta incidencia en los movimientos de desinstitucionalización psiquiátrica en Brasil en la misma época.

El movimiento permitió que Brasil pudiera avanzar en estos temas hasta el día de hoy, mientras que nosotros, por un lado, tenemos sistemas similares, en el sentido de que ambos países compartimos un sistema de salud y funcionamiento neoliberal. Todavía tenemos hospitales psiquiátricos con unidades específicas para para NNA.

Hay algunas variables culturales que tienen que ver con la historia del desarrollo de las previsiones de salud donde Brasil está mucho más adelantado, enfocado en una mirada más comunitaria. Es interesante, porque además pasamos por los mismos procesos, o similares procesos sociopolíticos como países latinoamericanos. Entonces es importante encontrar puntos de encuentro y de diferencia.

En relación con el proceso de internacionalización. ¿Cómo ha sido la experiencia?, ¿Cómo llegaste a Italia?

Ha sido una buena experiencia en términos de aprendizajes teóricos. Una apertura de mente importante. Si bien la inserción ha sido difícil, ha valido la pena.

Todo partió con mi deseo de tener experiencias de internacionalización, en ese camino estuve revisando avances teóricos y de políticas sociales de Italia, como el movimiento de Basaglia. En Italia se conoce mucho la sociología desde la psicología comunitaria y la sociología de la salud, temas que en Chile aún no están tan instalados.

Para mi investigación busqué a expertos que me pudieran guiar. Encontré a mi profesor Mario Cardano, sociólogo y metodólogo, uno de los más importantes en Italia y que trabaja con experiencias en psiquiatrización y salud mental de hace muchos años. Él es mi tutor de fondo de la tesis.

Estoy realizando esto con condición especial de estudiante de cotutela y, a la vez, participando de un programa de consorcio que se llama Nasc, red de estudios sociales y políticos, en la Universidad de Torino y Universidad de Milán.

¿Cuáles han sido los principales desafíos a los que te has enfrentado en términos del proyecto de tesis y tu proceso de internalización?

Acerca del proyecto de tesis, he tenido la suerte de haber sido hábil en proyectarme desde el primer año, eso me ha permitido avanzar expeditamente, pero el tema de movilizarme y de cambiarme de continente significó un retraso durante este año. Todo el tema de instalarme significó por lo menos un mes y medio de retraso en el proyecto, el cual estoy tratando de resolver ahora aceleradamente.

Con respecto al proceso de internacionalización, Italia es conocido por tener una burocracia importante en todos los trámites, entonces ese ha sido un obstáculo bien importante que ha tenido su costo, incluso cuando yo proyecté desde el primer año la internacionalización. Hacer los convenios, firmarlos, leerlos, devolverlos firmados, todo ese tema interno de la universidad tomó más de un año. Y bueno, también el shock cultural. Italia sigue siendo un país muy tradicional.

¿Cómo proyectas tu carrera académica después del doctorado?

Estoy pensando en seguir una carrera académica, me gustaría mucho, a la par de continuar con mi carrera clínica. Me gustaría mucho continuar algún post doctorado en algún lugar dentro de Europa o en Canadá, donde haya líneas críticas y desarrolladas respecto a mi tema. Es un bonito desafío. Creo que las ganancias y la experiencia son mucho más gratificantes que los costos.