Escuela de Psicología culminó proceso de titulación 2015
Casi cien alumnos de la Escuela de Psicología recibieron su título profesional este 2015 y para ello se realizaron dos ceremonias, cargadas de palabras emotivas y recuerdos. Este lunes se llevó a cabo el día de ayer en el Salón de Honor de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Aproximadamente 50 alumnos, acompañados de sus familiares, recibieron su título profesional, preparados para enfrentar la siguiente etapa de vida, desde la convicción de ser los mejores psicólogos para Chile. En ese mismo sentido, y en representación de Rectoría, José Saavedra Alvear, Vicerrector de Investigación y Estudios Avanzados, expresó algunas palabras para los nuevos profesionales, destacando el esfuerzo, no sólo de ellos como estudiantes, sino la de las familias, pero también dando énfasis a la vida universitaria, al apoyo de su institución.
El encuentro fue bendecido por el Padre José Pablo Valencia, colaborador de servicios de asistencia religiosa de la Universidad, quien no sólo expresó sus palabras de fe, sino que además reflexionó sobre el mundo en el que cada uno de estos ya ex alumnos, deberán enfrentar desde el ejercicio de su profesión, recalcando firmemente que, «no deben dejar nunca de soñar, pero deben cumplir esos sueños».
Por su parte, Luisa Castaldi, Directora de la Escuela de Psicología, señaló que, » Han sido una generación cruzada por importantes acontecimientos, por un movimiento social potente que los mismos estudiantes han estimulado. Si bien eso ha provocado más de algún problema en término de demora de procesos que quizás no se han desarrollado de la forma planificada, por otro lado los ha obligado a ser creativos, a hacerse muchas preguntas, a tomar decisiones. Lo ha estimulado a aceptar desafíos, quizás más que a otras generaciones.

Como ya es tradición, durante la ceremonia se entregó el reconocimiento al alumno más destacado de la generación, siendo este año Sebastián Ortiz, quien forma parte del equipo del Programa PACES de nuestra escuela. Ante sus logros en el discurso de despedida indicó que, «más allá de ser el mejor, lo importante para mí es haber tenido la oportunidad de poder contar, lo que significó mi paso por la escuela. Frente a eso, y aunque no me sentía representante de dar el discurso, fue un gran desafío.
Al empezar a escribir estaba muy nervioso, pero mientras lo hacía descubría que ésta era y es una historia, que implica encuentros y relaciones, por lo que no es sólo mía y menos se construye al margen de los sujetos que forman parte de ella, es más bien construida en conjuntos por todos y todas: los compañeros/as, los profesores de planta, los profesores agregados, los colaboradores, los ayudantes, los profesores de prestación de servicio, el personal administrativo, los auxiliares, los ex alumnos, en fin; todos los que en algún momento se vincularon con esta escuela».
