Luisa Castaldi, docente Escuela Psicología PUCV: “Todas las personas necesitan hablar, pero no todas necesitan atención psicológica”
Son las cuatro y media de la tarde del sábado 12 de abril y la alarma en el Cuartel General de Bomberos de Valparaíso se activa. Un incendio en el camino La Pólvora moviliza a todas las compañías del puerto, las que en cosa de minutos se vieron sobrepasadas, producto de la violenta propagación de las llamas. En un par de horas, el fuego había consumido más de dos mil viviendas y unas 850 hectáreas, dejando a unas 10 mil familias damnificadas.
Más allá de las pérdidas materiales y del inminente proceso de reconstrucción que enfrentará la ciudad, los efectos emocionales que pudieren presentarse en las familias afectadas también son una preocupación y tarea de las autoridades. En este sentido, Luisa Castaldi, psicóloga clínica y docente de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso destaca la importancia del acompañamiento en estos momentos post emergencia, más que la psicologización de los procesos personales y sociales que se develan con aquellos que lo perdieron todo.
¿Podemos anticipar o preveer qué tipo o cuáles serán las consecuencias psicológicas para los damnificados?
Desde el punto de vista psicológico siempre es difícil adelantar eso. Existen dos partes, una es más inmediata que tiene que ver con la reacción cuando enfrentas una situación que te saca de tu cotidiano y te ves con la perdida de todo. La sensación de no saber qué ha pasado, no saber dónde me quedo y además tener que enfrentar la consecuencia inmediata, significa que no te permiten funcionar en el día a día. Bueno, ellos lo perdieron todo, una situación muy concreta, que tiene que ver en dónde van a vivir, cómo recuperar los documento, es decir, todo el tema de lo inmediato que provoca cierto desequilibrio en las personas. ‘Todo a lo que tú estás acostumbrado o hecho en la vida ya no está, no están las cosas cotidianas que tu tenías, quizás con escasez, en situación de pobreza, pero aun así las tenías. En esta fase, si bien hay diferencias individuales que corresponden a tanto a las capacidades desarrolladas anteriormente como también a las historias personales, tienden a aparecer una gama de síntomas que van desde un alto nivel de ansiedad, trastornos del sueño y del alimentación, somatizaciones varias, en fin los que se conocen como síntomas de estrés postraumático. En esta fase lo que más se necesita es acompañamiento y contención, eventualmente medicamentos para controlar la sintomatología más aguda, sobretodo cuando faltan redes de apoyo o también están comprometidas emocionalmente como en este caso.
Ahora desde el punto de vista psicológico, la evaluación de las consecuencias del trauma es más global y concierne diferentes niveles. Cuando hablamos de trauma hablamos de un impacto, de un quiebre, ligado a algún evento o situación específica. La consecuencias, las secuelas no tienen que ver sólo con las características de ese evento o las circunstancias, sino con las implicancias de aquel en la vida de la persona. En el fondo las consecuencias más graves conciernen los quiebres que se producen en el sentido de vida, de pertenencia, en la relación con el mundo.
Algunos de los damnificados aún no han podido asimilar la experiencia y están en un periodo de negación ¿Cuánto tiempo es prudente que pasen por ese período, o bien es recomendable que los voluntarios ayuden a superar el shock?
Lo que hay que pensar es que en el momento de la crisis lo primero que aparece son las condiciones propias de las personas, esto es que cada uno enfrenta los eventos como pueden y como saben, y claramente no están las condiciones para que uno les cuestiones eso. Ahora, el reconocimiento social de lo que pasa es un aspecto muy importante, porque así se inscribe socialmente un cierto episodio, el hecho que dentro del albergue exista apoyo psicológico, permite que las personas –aunque ocupen un mecanismo de negación- llegue hasta cierto punto. El apoyo y el reconocimiento social va a ser bien importante en términos de recuperación, porque claramente mientras más fuertes son los mecanismos de negación más fuerte puede ser después recuperarlo. En este momento, lo que hay que evitar es volver a exponer a la persona al trauma, que es todo este cuestionamiento de los medios de comunicación. Lo prudente y recomendable es poder acompañar a la persona en la forma que tiene de elaborar los procesos, y lo único que uno puede hacer es ayudar a la persona a ‘darse permiso para’, porque muchas veces la persona lo niega porque ‘no tiene permiso para’ y si uno está ahí y le demuestra al otro que siente y que es suficientemente fuerte para poder tolerar lo terrible que puede ser, hay que intencionarlo para allá.
En este sentido, algunos medios más allá de informar caen en cierto sensacionalismo ¿eso ayuda o hace que la gente se sienta más agobiada?
La inscripción en lo social es un tema muy importante para el reconocimiento de lo que te pasó, es fuerte, pero a la vez muy importante porque la persona puede decir ‘ah.. no es que yo estoy mal de la cabeza porque esto me afecta, sino que esto efectivamente existe’. Eso es relevante, el hecho de dar a conocer la noticia, que haya revuelo, permite entender que lo que pasó no es cualquier cosa. Pero por otro lado, el exceso y la sobrerespuesta expone a la persona a vivir una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Las imágenes son muy fuertes, sobre todo para los niños, porque claramente cada uno se queda con su propia imagen, pero cuando además están expuestos a más y más y más, eso no hace bien.
¿Cuáles serían los “tips” para enfrentar este proceso como sociedad, ahora y en el largo plazo?
En esto uno no puede adelantar procesos, lo que puede hacer es construir las condiciones de autocuidado que te permita enfrentar la evolución de los hechos naturales, hay que dejar que los hechos evolucionen. De repente, uno tiene la pretensión que esto no duela, y esto tiene que doler, porque además, el hecho que duela también permite superar la negación. No debemos obligar a que ese mecanismo vaya muy rápido, hay que dejar que esto tenga su evolución, la primera cosa es darle tiempo. La verdad es que la reparación y recuperación no tiene que ver con la rapidez sino con que se vayan respetando los tiempos a distintos niveles: sociales, familiares, individual; cada aspecto tiene su tiempo. Además es bien importante asumir la tarea de elaboración en términos sociales, este no es un problema individual, aunque atañe directamente a determinada personas y familias. El reconocimiento de la tarea social permitirá mantener el tiempo el apoyo y el compromiso.
¿Y como Escuela, qué responsabilidad social nos cabe como psicólogos y psicólogos en formación?
Yo creo que esto no es un tema de preparación sólo técnica, es más bien un tema de respeto con los otros y qué podemos hacer nosotros, es lo que estamos haciendo. Estamos yendo a los albergues, no psicologizar de sobremanera, porque ese es el otro extremo. Existe una sobrepsicologización, y hay que tener claridad que todas las personas necesitan hablar, pero no todas necesitan atención psicológica. Los psicólogos en una primera fase somos los facilitadores, en este momento nuestra pega no es psicologizar el problema, sino al contrario, poder apoyar en la solución, principalmente en respetar los tiempos. Y ahí también detectar ciertas señales en dónde hay que apoyar el dolor derivando eventualmente para que se receten medicamentos. No hay que tapar el dolor con pastillas, primero debemos dejar que el dolor aparezca. Por el momento, acompañar y no permitir que el dolor sea tan grande que la persona no lo pueda soportar y desarrolle síntomas para no sentirlo, ideal que éste no aumente excesivamente, pero al mismo tiempo que sea una señal que el proceso está avanzando, que la herida tiene que cicatrizar.
Existe un número importante de nuestros estudiantes realizando tareas de contención emocional en los albergues ¿cuánto tiempo debemos seguir acompañando, porque existe una labor ética de seguir apoyando a nuestros pacientes?
No hay pacientes todavía, y eso lo destaco, lo que hemos hecho hasta ahora es coordinarse con las autoridades regionales, entrar en las redes de movimiento institucional que se están produciendo y estar apoyando. Escuchar a las personas que necesitan hablar, desarrollar tareas concretas y eso es lo que debemos hacer. Paulatinamente, van a aparecer necesidades más propias del trabajo psicológico y ahí nosotros ya estamos, ya estamos en las redes y tendremos que hacernos cargo de ciertas cosas. En este momento, nos hemos puesto a disposición de la comunidad y eso es lo más importante. Respecto a los voluntarios, no debemos olvidar que nosotros ayudamos cuando estamos bien, y para los voluntarios es bien importante que también haya espacio para ellos. Ir a los albergues significa una experiencia fuerte, entonces también nuestra tarea es autocuidarnos, yo creo que uno no contiene si no puede sostener, y eso es bien importante ya que afectivamente todos estamos involucrados en lo que ha sucedido.