“Mi desafío en esta nueva etapa como Directora de la Escuela de Psicología es la mezcla entre aprender y entregar”
La académica señaló que una de sus principales preocupaciones para este periodo será fortalecer y estrechar vínculos con los estudiantes de pregrado.
En medio de la planificación y futura construcción de un nuevo edificio para la unidad académica, Paula Ascorra, Doctora en Psicología, asume el desafío de liderar esta comunidad. A pocos meses de convertirse en Directora de la Escuela de Psicología PUCV, habló sobre los desafíos profesionales y personales de este cargo y su vasta trayectoria como académica.
¿Qué significa para ti en términos personales asumir este desafío como Directora de la Escuela de Psicología PUCV?
En primer lugar, lo asumo con mucha responsabilidad y de verdad siento que me pongo al servicio de una comunidad, no sólo de los académicos, sino que también de los estudiantes. Digo esto porque la escuela tiene una forma de organizarse que es bien particular, donde la toma de decisiones está puesta en el consejo de escuela. Ahí participan estudiantes, profesores, profesores no jerarquizados, profesores asociados, es decir, absolutamente todos. Entonces yo siento que me pongo al servicio para ejecutar esas grandes ideas de desarrollo que son discutidas en estas instancias.
En términos personales, lo encuentro un bonito desafío. Yo entré a esta escuela el año 1994, cuando recién se estaba formando. Entonces participé desde la construcción de los programas, hasta el reglamento de tesis, porque cuando llegué ningún estudiante la había presentado.
Por otra parte, he acompañado a la escuela a sumarse a nuevas lógicas, por ejemplo, en el proceso de acreditación. Además, he desempeñado diferentes funciones, porque también he sido secretaria de docencia, secretaria académica, jefa de investigación, coordinadora del área, coordinadora de práctica. En fin, he estado en diferentes líneas y ahora me toca acompañar a la escuela desde una posición que te permite articular el trabajo de más personas.

Esta experiencia va a constituir mucho aprendizaje y espero que lo que pueda dar también sea beneficioso para la escuela. Entonces mi desafío es ese: la mezcla entre aprender y entregar.
Considerando que llevas 23 años de trayectoria como académica de esta escuela, ¿Cuál es el diagnóstico que puedes hacer? ¿Qué la distingue de otras?
La verdad creo que a veces los números hablan y a veces, no tanto. En nuestro caso, creo que dicen mucho, porque esta es una escuela compleja con un pregrado acreditado por siete años, que es lo máximo a lo que se puede optar en Chile y el doctorado, acreditado por 4 años. Por otra parte, está la Revista Psicoperspectivas y el tremendo orgullo de contar con uno de los Centros de Investigación Avanzada en Educación más grande que existen en el proyecto financiado por CONICYT en Chile. Entonces si bien es cierto a veces los números no hablan, en el caso particular de esta escuela creo que reflejan que estamos haciendo las cosas bien y con mucho compromiso.
Respecto a la formación de psicólogos, que es el núcleo central de esta escuela, creo tiene cosas muy características y relevantes que hacen que el psicólogo/a de la PUCV se distinga entre otros. En primer lugar, el enfoque sociocrítico, que significa que estamos viendo que existen otro tipo de variables -que algunos llaman variables subterráneas- que no se ven y que uno trata de configurar para explicar fenómenos sociales más complejos. Ese es el enfoque que esta escuela y yo creo que es muy reconocida porque marca una diferencia.
Además, creo que la capacidad reflexiva está súper desarrollada en el cuerpo de profesores y la idea es poder transferirla como una de las habilidades centrales hacia los estudiantes. Aquí no se trata de entregar sólo un conocimiento disciplinar y teórico, que por supuesto también se entrega, sino que más de instalar un motor de auto reflexión, aprendizaje continuo, perfeccionamiento y desarrollo profesional en los estudiantes.
¿Qué desafíos te planteas para la escuela a futuro?
Principalmente, queremos mejorar la relación y vinculación con el pregrado. Buscamos que nuestros estudiantes puedan ser sólidos disciplinar y éticamente, pero también que lo pasen bien, construyan redes y tengan identificación con la escuela. El foco está en construir puentes que nos permitan entenderlos y dialogar con ellos. Creo que la escuela tiene que aportar a generar ese tejido entre estudiantes, pero también con los profesores y eso es uno de los focos de desarrollo que queremos implementar.